"EL PAPA RIÑE a Bush por Iraq", reza la portada de El Periódico de Catalunya esta mañana; el resto de diarios de hoy van más o menos por el mismo camino.
Es curioso que cuando el Papa riñe al gobierno Zapatero por la ampliación del aborto o por la investigación con embriones, entonces se entierra la noticia en páginas interiores y se dice que el Papa debe mantenerse en cuestiones divinas, que para las terrenales ya están los políticos. "¡Separación Iglesia y Estado!", se repite una y otra vez salvo, claro, cuando la unión de ambas se pueda utilizar políticamente.
Y aún es más curioso que Juan Pablo II y la jerarquía católica critiquen a alguien por escándalos de maltratos y abusos, que están siendo investigados y castigados tan pronto como se han conocido, cuando han estado encubriendo durante décadas y de un modo miserable las aberraciones de los casos de pederastia entre sus propias filas.
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