LA ENTIDAD reguladora de los taxis de Nueva York ha impuesto multas de hasta 500 dólares y tres semanas de suspensión a los conductores que han osado mostrar a sus pasajeros, no las vergüenzas, sino algo peor: opiniones favorables a la reelección de Bush.
No digo que no sea legalmente posible imponer estas sanciones; desconozco la normativa concreta, pero es más que probable que figure entre las normas a seguir en el trato con los pasajeros. Pero sí me pregunto sobre si estaría todo el mundo tan callado si hubieran aplicado las sanciones a conductores pro-Kerry ("¡CENSURA! ¡UN ATENTADO CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN! ¡EEUU ESTÁ HUNDIÉNDOSE EN EL FASCISMO!")
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