martes, diciembre 21, 2004

JUAN RAMÓN RALLO ha echado el resto en un pormenorizado y brillante análisis del proyecto de ley mordaza quasichavesco y pseudofranquista, ese Estatuto del Periodista con el que poder atizar en la cabeza a todo aquél que se atreva a apartarse del pensamiento único.

Imaginad lo que dirían todos los que ahora están callados -en señal de aprobación o canguelo, tanto da- si tan sólo una de las medidas contempladas formara parte de un proyecto de, no sé... Bush, por poner un ejemplo.