LÚCIDO Miquel Roca (registro o Bugmenot):
Ahora resulta que la aprobación del plan Ibarretxe por parte del Parlamento vasco ha sorprendido a todos. Al parecer, ni los partidos ni los analistas políticos habían contemplado esta posibilidad. ¡Pero si estaba cantado! ¿Cómo iba Batasuna a impedir que el Parlamento vasco tomara una decisión de esta naturaleza? ¡Nadie en el País Vasco, de entre los votantes de aquella formación, lo hubiera entendido! La disconformidad era más aparente que real; todo estaba en el guión.Hay más.
Batasuna tenía que trasladar a la opinión pública su rechazo del plan para demostrar la moderación de éste. Estando en contra lo hacía bueno. Pero, tanto el Gobierno vasco como los partidos que lo forman, sabían que al final Batasuna tenía que decir que sí. un sí crítico, dividido, pero suficiente para trasladar el plan a la mesa del Parlamento español. Allí, a partir de ahora, se debatirá uno de los temas más relevantes del futuro político español.
Con esta jugada, Batasuna ha recuperado el protagonismo que había perdido. De hecho, ha otorgado a Ibarretxe una especie de última oportunidad. Si su plan no prospera en Madrid, no será por culpa de Batasuna. El rechazo será presentado como el fracaso del lehendakari, que daría la razón al radicalismo batasuno. En todo caso, ésta será -sin duda- la baza que desde el Gobierno vasco va a jugarse a partir de ahora: rechazar su plan sería -se dirá- dar alas a Batasuna.
Y si el plan prospera, Batasuna también se sale con la suya.
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