lunes, octubre 03, 2005

JUAN M. HERNÁNDEZ PUÉRTOLAS:
Para un europeo es sencillamente incomprensible la forma en que Arnold Schwarzenegger resultó elegido gobernador de California por mayoría simple en una lista abierta en la que figuraban candidatos republicanos y demócratas, echadores de cartas y estrellas de cine porno, ¡en el mismo acto por el que se decidía en referéndum la destitución del gobernador en ejercicio, Gray Davies, que había sido reelegido tan sólo unos meses antes!
Hombre, explicándolo así no es raro que resulte incomprensible. Con lo fácil que es entender que Arnie ganó las elecciones (no entiendo por qué llama la atención que fuera por mayoría simple, sobre todo si se recuerda que es el mismo tipo de mayoría con el que ganó el PSOE el año pasado) en unas elecciones a la que concurrían varios candidaros, algunos realmente pintorescos (no era una única lista abierta, sino muchas candidaturas individuales, como en toda elección directa de un cargo unipersonal), y que su elección se llevó a cabo en un referéndum celebrado el mismo día que el que iba a decidir la recusación del entonces gobernador en ejercicio (para no tener que hacer dos campañas electorales seguidas; si Davis ganaba su referéndum de recusación, Schwarzenegger o quien hubiese ganado el segundo referéndum simplemente no habría accedido al cargo). Fijaos lo mal que lo debía estar haciendo Davis, que el mismo electorado que lo había elegido sólo unos meses antes decidió que no tenía que seguir.

Quizás Hernández Puértolas sí tenga razón y en Europa nos resulte incomprensible que haya algún país en el que los cargos electos estén sometidos al control de los ciudadanos si, una vez en el cargo, demuestran que no están a la altura.

Y conste que no estoy mirando a nadie.