sábado, octubre 01, 2005

A LO MEJOR hay que pasarles una -o más- de esas íes que suelen reservarse para la guerra de Iraq (ya sabéis: inmoral, ilegal, ilegítima e injusta). Así de entrada, y si la información es cierta, se les podría aplicar las dos primeras:
El acondicionamiento de la exclusiva residencia La Mareta (Lanzarote) -perteneciente a Patrimonio Nacional-, donde han veraneado el presidente y su familia, nos ha costado a los españoles la friolera de 271.697,99 euros (más de 45 millones de pesetas). Aunque quizá, lo más curioso sea que, según ha podido saber ÉPOCA, los Zapatero reformaron a su antojo la espléndida mansión sin solicitar licencia de obras ni acto comunicado (el trámite legal habitualmente exigido por los ayuntamientos para obras menores).

[...] Pese a que el total del coste de rehabilitación de las reformas supera los 45 millones de pesetas, el Ayuntamiento de Teguise (en cuyo término municipal está situada La Mareta) no ha recibido ni solicitud de licencia de obras ni acto comunicado alguno. Sin embargo, desde el consistorio canario confirman a este semanario que “se debería haber hecho” un acto comunicado.

A preguntas de ÉPOCA, las mismas fuentes consistoriales indican que el responsable de las actividades de la residencia le transmitió verbalmente al concejal de Urbanismo que se efectuarían las “actuaciones” ahora declaradas por el Ejecutivo. “Lamentablemente” -añaden estas fuentes- “la no comunicación de obras (mayores o menores) es práctica ocasional de algunas Administraciones”.
Lo cual evidentemente no es excusa; las administraciones deben ser las primeras que cumplan los requisitos legales, y los ciudadanos de a pie debemos ser los primeros en exigírselo. Sobre todo cuando se ha usado hasta la náusea la bandera de la transparencia y el respeto absoluto a la legalidad. Y si la información de Época no es cierta, puede desmentirse de una manera muy fácil: sacando el permiso del cajón en el que debe estar guardado, y enseñándolo.