sábado, julio 08, 2006

PUES NO LE VEO demasiada diferencia con el CAC:
Un nuevo "atentado a la libertad de expresión en China". Bueno, sí, pero en este caso es mucho más significativa la reacción que ha creado. Un discutido proyecto de ley ha puesto en evidencia el margen de polémica existente en China y la capacidad de una prensa, mayormente prudente y atemorizada, por contestar los agravios que la afectan directamente. La cascada de críticas desatadas ha obligado a comparecer, el lunes, a un alto funcionario para calmar los ánimos. Preparado por el departamento jurídico del Gobierno, el proyecto de ley contempla multas de 5.000 a 10.000 euros a los medios de comunicación que "divulguen informaciones falsas" en asuntos como accidentes, catástrofes naturales, problemas de sanidad pública y epidemias, e incluso crisis de orden público y manifestaciones que tengan "graves consecuencias".

Es un hecho que la proliferación de medios de comunicación sujetos a la lógica de mercado, así como los límites a los informes sobre cuestiones directamente políticas, empujan a muchos medios de comunicación hacia el tremendismo, publicando informes exagerados. Sin embargo, esa realidad parece anecdótica, comparada con los problemas de elemental libertad a los que se enfrentan los periodistas.

Un informador que quiera contribuir profesionalmente a la buena gobernabilidad de China, ventilando asuntos de corrupción y apuntando algunos de los agudos problemas sociales existentes en la sociedad, tiene muchas posibilidades de colisionar con el Estado, cuyos funcionarios son, frecuentemente, protagonistas o responsables de los desmanes denunciados.

Así, la función profiláctica de la prensa, especialmente necesaria en un sistema con escaso pluralismo institucional, se ve frustrada.

"En los casos de colisión entre un periodista y la burocracia, incluso cuando la verdad oficial acaba reconociendo la versión del periodista, es éste el que sale perdiendo", sentencia un veterano periodista de la provincia de Anhui.
Una diferencia sí que hay, sin embargo: que en China la práctica totalidad de la clase periodística está protestando.