martes, noviembre 14, 2006

ASÍ QUE no hay nada peor que aliarse con regímenes repugnantes a cambio de tratos económicos, ¿no? Eso es lo que han estado haciendo los gobiernos yanquis, ¿no? No a la sangre por petróleo, ¿no?

¿No?

Pues parece que sí, por lo menos para nuestro gobierno alianzacivilizador:
El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, llega esta tarde a Madrid para iniciar una visita oficial con el objetivo de estabilizar las relaciones políticas y potenciar la inversión económica española en su ex colonia.
No olvidemos que, como recordaba El País el pasado sábado,
Guinea Ecuatorial, con una población de poco más de medio millón de habitantes, tiene unos ingresos procedentes de los pozos de petróleo descubiertos en la década de los noventa de 3.000 millones de dólares al año. Con estos beneficios, su población debería tener la segunda renta per cápita más elevada del mundo, pero está a la cola del Indice de Desarrollo Humano de la ONU y la mayoría vive con menos de un euro al día.
La familia del déspota gasta dinero a manos llenas, por ejemplo el hijo del déspota:
Teodorín ha gastado cientos de millones en casas en París, Buenos Aires, Ciudad del Cabo y Los Ángeles, se traslada en automóviles Bentley, Lamborghini o Ferrari y, de acuerdo con la ONG Global Witness, ha añadido a sus bienes una mansión en Malibú valorada en 27 millones de euros. Y eso que como ministro de Agricultura y Bosques en el Gobierno de su padre, Teodoro Obiang Nguema, gana un salario de 4.000 euros al mes.
Tratos con tiranuelos de variado pelaje los tienen todos los países; pero es especialmente hipócrita que lo haga un gobierno que no deja de llenarse la boca de grandes principios, y que escupe críticas a otros por hacer lo que él mismo está haciendo.


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