martes, abril 24, 2007

GRACIOSILLO, y seguro que narrará orgulloso la proeza a sus amigotes en alguna tasca cutre mientras beben carajillos. Es capaz:
- Crecí en la casa de México donde asesinaron a mi bisabuelo, Lev Bronstein, Trotsky. Enseñaba su casa a las visitas. Leía sus libros, escribía en su mesa...

- Tiene usted un aire...

- Pero no sólo heredamos sus genes, también su compromiso con la justicia social.

- Pues yo soy bisnieto de Mercader.

- ¡¡¡¿Qué...?!!!

- Es una broma... De mal gusto. Perdón.

- Me ha asustado usted.
Yo no me hubiese quedado ahí...