GRACIOSILLO, y seguro que narrará orgulloso la proeza a sus amigotes en alguna tasca cutre mientras beben carajillos. Es capaz:
- Crecí en la casa de México donde asesinaron a mi bisabuelo, Lev Bronstein, Trotsky. Enseñaba su casa a las visitas. Leía sus libros, escribía en su mesa...Yo no me hubiese quedado ahí...
- Tiene usted un aire...
- Pero no sólo heredamos sus genes, también su compromiso con la justicia social.
- Pues yo soy bisnieto de Mercader.
- ¡¡¡¿Qué...?!!!
- Es una broma... De mal gusto. Perdón.
- Me ha asustado usted.
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