ESTO ES para aquellos que dicen que hay un tufo a racismo que viene de quienes muestran preocupación por la entrada de capitales rusos en sectores clave de la economía española. Y muy particularmente si aquéllos son periodistas (no miro a nadie...), porque precisamente los periodistas habrían de ser los primeros en apreciar el riesgo:
Desde la desintegración de la URSS, hace ya 17 años, han perdido la vida cerca de 300 periodistas rusos. Rusia encabeza con estas cifras las listas mundiales de crímenes contra los profesionales de los medio de comunicación. Los asesinatos, hace justo una semana, de la reportera de «Nóvaya Gazeta», Anastasía Babúrova, y el abogado Stanislav Markélov, son hasta ahora, los que cierran esta macabra cuenta.
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