domingo, marzo 01, 2009

LLEVAMOS más de un lustro metiéndonos con la política antiterrorista de Bush, diciendo que sus iniciativas, como las guerras de Arganistán e Iraq no reducirían el riesgo jihadista sino que, al contrario, crearían nuevas generaciones de fanáticos y, cuando queda claro que eso no es así, sino que al-Qaeda y demás salvajes están fracasando, ¿qué hacemos, decir que a lo mejor ese señor tan malo y que se comía crudos a los niños quízás tenía algo, aunque fuese un poquitín así, de razón? ¿que los marvadoh neoconeh al final resulta que no son tan marvadoh y han conseguido neutralizar uno de los fenómenos más preocupantes de nuestros tiempos?

Noooooo, cómo puede usted pensar eso.

Simplemente decimos que esa amenaza ha desaparecido, así en un pispás, como por arte de magia. Igual que aquellas jóvenes beatas que justificaban su repentino embarazo diciendo que habia sido el Espíritu Santo.