ME SIGUE SORPRENDIENDO cuando veo que alguien coge un artículo en la prensa estadounidense, se convierte en verdad revelada, y se repite acríticamente para desevelar un fenómeno que no existe. O para convencer a los jefes de aquí que las cosas no van tan mal, porque "hay pasta en el horizonte". Por ejemplo este texto sobre los bloggers profesionales en EEUU (original aquí). Sí, hay mucha gente blogueando, pero ni en sueños hay más bloggers profesionales que viven de ello que programadores de ordenador en ese país. Aún más absurdo es tragarse lo que dice Mark Penn, el columnista que da estas cifras (no son datos del Wall Street Journal, sino de una columna publicado en este diario): que un blog con 100.000 páginas vistas al mes puede ganar 75.000 dólares al año.
Y a eso yo digo: ni harto de vino. Como sabéis, hasta el pasado noviembre he estado trabajando en una de las empresas más relevantes del sector en Estados Unidos: lo conozco bien, y sé lo que lo que rinde la publicidad, lo que pagan las redes de bloggers, y si hay mucha gente o no que realmente pueda ganarse la vida escribiendo blogs sin hacer nada más. No hablo de quienes trabajan en empresas como redes de blogs, agencias publicitarias o empresas de infraestructura; esos obviamente tienen un sueldo, normalmente bastante decente ya que suelen ser empresas bien financiadas por inversores que creen que al final del arco iris hay una marmita llena de monedas de oro. Hablo de quien pura y simplemente va escribiendo entrada tras entrada en un blog, esté alojado en un medio de comunicación, en una red de blogs, o vaya de llanero solitario. Los que realmente ganan lo suficiente para vivir son muy, muy pocos. Y todos ellos consiguen 100.000 páginas vistas, pero no al mes, sino cada día antes de la hora del café de media mañana. Lo aclaro para que nadie se haga ilusiones. Allí es prácticamente imposible vivir decentemente de bloguear. Aquí es casi un espejismo.
No me creáis a mi si no queréis. Leed las reacciones que este artículo provocó hace un par de días, cuando apareció en el WSJ.
Y a eso yo digo: ni harto de vino. Como sabéis, hasta el pasado noviembre he estado trabajando en una de las empresas más relevantes del sector en Estados Unidos: lo conozco bien, y sé lo que lo que rinde la publicidad, lo que pagan las redes de bloggers, y si hay mucha gente o no que realmente pueda ganarse la vida escribiendo blogs sin hacer nada más. No hablo de quienes trabajan en empresas como redes de blogs, agencias publicitarias o empresas de infraestructura; esos obviamente tienen un sueldo, normalmente bastante decente ya que suelen ser empresas bien financiadas por inversores que creen que al final del arco iris hay una marmita llena de monedas de oro. Hablo de quien pura y simplemente va escribiendo entrada tras entrada en un blog, esté alojado en un medio de comunicación, en una red de blogs, o vaya de llanero solitario. Los que realmente ganan lo suficiente para vivir son muy, muy pocos. Y todos ellos consiguen 100.000 páginas vistas, pero no al mes, sino cada día antes de la hora del café de media mañana. Lo aclaro para que nadie se haga ilusiones. Allí es prácticamente imposible vivir decentemente de bloguear. Aquí es casi un espejismo.
No me creáis a mi si no queréis. Leed las reacciones que este artículo provocó hace un par de días, cuando apareció en el WSJ.
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