CUIDADO CON LOS IMPUESTOS, aconseja el editorial del suplemento Negocios de El País:
ACTUALIZACIÓN. En el mismo suplemento, Antón Costas está también muy atinado:
Los antecedentes políticos de este Gobierno dan pie para sospechar que el anunciado aumento de impuestos a "los que más tienen", puesto en escena por el presidente del Gobierno el miércoles pasado, quedará en una pirueta más. De ser cierta esta hipótesis, Rodríguez Zapatero habría querido salir de la presión a la que le someten sus hasta ayer aliados sindicales y algunas fuerzas vivas de su partido, defensores de la idea de que el recorte fiscal "carga el coste de la crisis sobre los que menos tienen", exhibiendo la ocurrencia (por poco meditada) de una subida impositiva para las rentas más elevadas, sin precisar si se trata de una nueva figura y si lo que quiere gravar son las plusvalías, los patrimonios o las rentas de trabajo. Con todo, lo más grave es proclamar con antelación una subida de impuestos; a quien esté en disposición de recolocar sus inversiones o rentas fuera del espacio tributario español se le han concedido todas las ventajas para hacerlo.Seguid leyendo.
Pero, por si el anuncio no es un nuevo ejemplo de decir y desdecirse, el aumento de impuestos merece algunas consideraciones.
ACTUALIZACIÓN. En el mismo suplemento, Antón Costas está también muy atinado:
Tengo la impresión de que algunas personas piensan que la austeridad hay que valorarla por el simple hecho de que se formule. La ven como si fuese un cilicio necesario para disciplinar las pasiones consumistas de los más débiles. En esta visión, la austeridad funcionaría como señal de la "valentía" de un líder político para someter a sus ciudadanos a "sangre, sudor y lágrimas", al margen de su mayor o menor eficacia económica.
Me parece un planteamiento moralista y seudoreligioso, no económico. La austeridad por la austeridad es aberrante, moral y económicamente. Debe ser juzgada en función de su eficacia para corregir a corto plazo el desequilibrio fiscal y para sentar las bases de una nueva etapa de crecimiento. Es decir, para lograr que la economía vuelva a funcionar.
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