jueves, diciembre 16, 2010

GRACIAS A LOS ARCHIVOS que se están abriendo (tímidamente, pero menos es nada) ahora sabemos más detalles de la responsabilidad del Gran Timonel, con su Gran Salto Adelante, de unos 45 millones de muertos.

Supongo que ahora, por la misma regla de tres, también enviarán a la cárcel a quien venda el Libro Rojo...

Nota para despistados o para quienes no conozcan bien este blog: soy un absolutista en cuanto a la libertad de expresión, y estaría en contra de que se castigara la venta del Libro Rojo. Como estoy en contra de que se encarcele al dueño de una librería por vender libros pro-Nazis. Será todo lo capullo que queráis, pero ser capullo no es delito (entre otras cosas por motivos prácticos: no quedaría mucha gente fuera de las prisiones...). La solución a los inconvenientes de la libertad de expresión es más, no menos, libertad de expresión: es contestar al otro, no hacerlo callar.