LA MUERTE de Oswaldo Payá es una noticia terrible; pero creo que es pronto como para sugerir que no se trata de un accidente. Por supuesto la dictadura cubana es capaz de eso y de mucho más, pero si no nos queremos poner al mismo nivel que sus apologetas conviene esperar, por ejemplo, a que los testigos (el español y el sueco que viajaban con ellos) expliquen su versión. Sería extraño que, con la de oportunidades que tenían para pillarlo solo, esperaran a que estuviese viajando con forasteros. Y el que no hayan muerto todos no indica nada, desde luego: en muchos accidentes con víctimas mortales hay supervivientes, normalmente gracias a la posición que ocupaban.
Habrá que seguir el tema, por supuesto.
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