JORDI FABREGAT: Una difícil recuperación.
No queda otro remedio que continuar por el mismo camino, favorecer la creación de nuevas empresas por parte de los emprendedores y esperar que los empresarios vuelvan a contratar en cuanto vean posibilidades de crecimiento de la demanda. En este sentido, los indicadores avanzados económicos (PMI) son más optimistas que las previsiones del FMI. También es necesario que la financiación vuelva a las pymes. Para ello hay que terminar la reforma del sistema financiero para que los bancos puedan volver a endeudarse en el exterior con normalidad y a costes aceptables.
En este punto hemos tenido la constatación de un error cometido en el 2010. La morosidad de los préstamos concedidos por el ICO en esa época ha ascendido al escalofriante 32%. Recuerden que esta medida se tomó asumiendo este organismo el riesgo de impago de las empresas, pero sin tener los equipos de riesgos que tiene la banca. Una advertencia para aquellos que propugnan que hay que obligar a la banca a conceder préstamos. Las consecuencias, si dejamos dinero a proyectos inviables, es que la situación al final es peor que la que había al principio. La banca debe ofrecer financiación, no olvidemos que es su fuente de negocio, únicamente a empresas viables.
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