MUY BIEN TAMBIÉN Germà Bel poniendo un poco de cordura al entusiasmo por el AVE directo entre Barcelona y París:
¿Cambiarán nuestras vidas tanto como indican estas elevadas palabras? La realidad es algo más modesta. Primero, está el pequeño detalle de que ya se podía ir en tren en Europa desde hace décadas: el talgo ofrecía el servicio sin cambio de tren, aunque con tiempo de viaje más alto. Segundo, y más importante, los Pirineos se rompieron hace mucho tiempo para viajes rápidos con los servicios aéreos, que se expandieron de forma definitiva con la eclosión de las compañías de bajo coste. Esto nos acerca a la respuesta a nuestra cuestión: ¿será tan grande el cambio?
¿Se propone viajar entre Barcelona y París –por ejemplo– a mitad de enero? En la tabla adjunta encontrará las propuestas. Por cierto, cuando vea la tabla comprobará que la elección de fin de semana es apropiada: el viaje en tren será marginal para negocios, pues hay que pasar casi toda la jornada laboral dentro del tren.
El tiempo de viaje, en el caso más favorable al tren (de centro a centro urbano), será el doble que en avión. El precio del billete será del doble al triple en tren. Una diferencia que permitirá pagar el taxi de acceso al centro desde el aeropuerto si no hay conexión eficiente en transporte colectivo. Además, y es muy importante, se podrá elegir entre 16 horarios de avión, pero sólo dos en tren, lo que implica una diferencia muy grande en tiempo de espera y flexibilidad del viaje.
En conclusión, el tren será la opción ideal para quienes tienen fobia al avión. Poco más.
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