EXISTE LA IZQUIERDA ANTI-ABORTISTA, aunque pueda chocar a los acostumbrados a ver las cosas en blanco y negro. Una interesante anotación de Montse Doval que apela a un debate del que este país está huérfano. Como de tantos otros.
Como bien apunta Montse, "se puede estar o no de acuerdo, pero el razonamiento me parece, como dicen los americanos, 'crystal clear'". Personalmente y por experiencia vital -lógicamente no voy a entrar en detalles-, debería estar en contra del aborto a un nivel micro, si se me permite la analogía económica. Sin embargo al mismo tiempo, y a un nivel macro, o si lo preferís, filosóficamente, me es imposible afirmar que debería prohibirse. Sirva este contrasentido -nada extraño en mi, por otra parte- para manifestar mi ambivalencia en esta cuestión. Salvo en una cosa en la que quiero ser muy claro: me parece que las mayoría de las críticas que se dirigen a quienes no son partidarios del aborto están hechas con una brocha demasiado gorda y de forma pasmosamente superficial, y desde una postura de supuesta superioridad intelectual que niega toda dignidad a una postura tan respetable como la contraria.
Lo habitual, vamos.
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