ROGER SIMON ha sido víctima de una trampa periodística. No, nadie lo ha abucheado ni siquiera imaginariamente (¿cómo podrían?), sino que ha visto como en un artículo de Newsday, tras la convención Republicana en la que ha estado acreditado como blogger, seleccionaban sólo sus manifestaciones críticas con Bush.
Como es bien sabido, Roger es un personaje de izquierdas, pero de la de verdad, la coherente, de esa que podría dar lecciones de verdadero progresismo a quienes berrean consignas fascifistas por las calles aferrados a alguna pancarta. A pesar de ser contrario a la política social de Bush, Roger ha declarado públicamente desde hace mucho tiempo que va a votar a Bush en las próximas elecciones debido a su política internacional -asunto que en estos momentos considera crucial, y estoy de acuerdo-, a su sensación de que John Kerry no sería un presidente adecuado -igualmente de acuerdo- y, también en buena parte, a su hartazgo respecto a sus antiguos correligionarios: él es un veterano de las manifestaciones de los 60 durante la guerra de Vietnam (ahí estoy también de acuerdo aunque, a diferencia de él, no se puede decir que yo tenga un pasado militante en el terreno político.)
Por tanto, seleccionar sólo sus frases en las que muestra su disconformidad con la política de Bush, escondiendo todo aquello en lo que está a favor y, sobre todo, su intención pública de votar por él es una deformación que, desgraciadamente, es cada vez más frecuente en los medios de comunicación, que hace tiempo han dejado de lado su objetividad para entrar claramente en el juego político.
Desgraciadamente para ellos, ahora tenemos Internet. Los medios no parecen conscientes de que con cuestiones como ésta, o la de ese fantasioso abucheo a Clinton en un mítin de Bush al que enlazaba más arriba, están haciéndose el harakiri profesional.
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