sábado, octubre 02, 2004

ÍÑIGO SÁENZ DE UGARTE -que, como sabéis, es un periodista de Tele 5- escribe sobre los planes para conceder los beneficios propios de las víctimas del terrorismo a la familia de José Couso. Íñigo hace una matización, que no estoy muy seguro de que no sea más que una cuestión semántica:
No es cierto, como informaron algunos medios en el día de la decisión, que Couso vaya a ser considerado víctima del terrorismo. "La propuesta establece la cuantía en función de los baremos establecidos en la ley de víctimas del terrorismo, aunque esto no significa que conceda este estatus a José Couso", ha dicho Leopoldo Torres, abogado de la viuda de Couso.
En cualquier caso, que conste que no quiero entrar ahora en el debate sobre si la familia de Couso debe o no recibir esos beneficios. Ni sobre si debería dirigirse por lo menos una mirada hacia el empleador que, según parece, envió un equipo a una zona de guerra en condiciones más que precarias. Ni sobre hasta qué punto la tormenta mediática alentada por ese empleador servía por lo menos en parte para crear una cortina de humo respecto a esta circunstancia. Ni sobre la relevancia jurídica que tiene para autores, víctimas y testigos del incidente el que el hotel estuviera lleno de periodistas, sí, porque es cierto que todo el mundo lo sabía, pero también que era donde se estaban refugiando los últimos mohicanos del régimen de Saddam y sus familias, y lo sé porque lo dijo en antena el compañero de Couso, Jon Sistiaga, precisamente un día en que Angels Barceló dio paso en antena al malogrado Couso para que explicara sus impresiones sobre la guerra ("ya que normalmente no oímos las voces de los cámaras y ellos también viven el conflicto de primera mano"; cito de memoria).

Como digo, no quiero entrar ahora en esos debates, porque además quiero mantener el máximo respeto en un tema delicado (y si decidís tocar el tema en los comentarios, os ruego hagáis lo mismo; no vacilaré en borrar cualquier comentario inadecuado). Pero al mismo tiempo no quiero dejar de tratar sobre algo que debe ser abordado, y respecto a lo que tengo genuina curiosidad por saber la opinión de Íñigo o de cualquiera que esté de acuerdo con la inciativa que comento más arriba. La pregunta es ésta: independientemente de la cuestión de si se declarará a Couso una víctima del terrorismo o de si sólo se trata de que sea ese el baremo para calcular las compensaciones económicas a la familia (aunque insisto que me parece una distinción puramente semántica), ¿en qué se basa el que esas ayudas sean para la familia de José, pero no las de Juantxu, Jordi, los dos Julios o Ricardo? ¿Por qué se decide que hay algo en común entre sus muertes a la hora de concederles póstumamente la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo pero no a la de conceder la compensación económica a sus familias?

¿Es porque es el único que murió por una acción de EEUU? ¿Porque la familia quedó en una situación especialmente complicada dadas las condiciones de trabajo y de seguro? ¿Es por algún otro motivo que desconozco?

ACTUALIZACIÓN. Había un error involuntario en el apellido de Íñigo, imperdonable por mi parte. Disculpas.