viernes, noviembre 05, 2004

SERÍA UN PECADO, y no venial, que alguien se perdiera este extraordinario artículo de Valentí Puig:
HACE tanto tiempo que hemos traspasado el límite entre la posible crítica legítima a los Estados Unidos y la ofuscación antiamericana que ya ni nos damos cuenta de estar haciendo el ridículo. Hace tiempo que la falta de información sobre la realidad política e institucional de Norteamérica se convirtió en contrainformación y pura desinformación. En España, una opinión pública pendiente de las payasadas de Michael Moore se ha quedado boquiabierta, incapaz de asimilar el resultado de las elecciones presidenciales. Se daban por proclamados sin matices la coronación de Kerry y los funerales de Bush. A quien lo vea de buena fe, tan sólo le queda por pensar que los americanos son un puñado de fascistas estúpidos o sospechar que lo que se nos informa sobre los Estados Unidos es material averiado.
A leer hasta el punto final.

No podría estar más de acuerdo con el deleznable papel de los medios que, de forma consciente o inconsciente, estaban ignorando pistas que indicaban que podía pasar algo muy diferente a lo que preveían, porque se estaban basando en una información completamente filtrada que dejaba fuera todo aquello que estropeaba su teoría.

Queda feo eso de "ya lo dije", pero hace siglos que venía avisando que muchos se iban a despertar el primer miércoles después del primer martes después del primer lunes de Noviembre sin entender qué había pasado, porque se estaban negando a ver cosas que estaban ahí, delante de sus narices, pero que no gustaban. Preferían meter eso debajo de la alfombra a ver si había suerte.

Sin ir más lejos, lo hice en un ya lejano mes de enero, cuando aún bloggeaba en ese nido de neocons que es HispaLibertas.