domingo, febrero 13, 2005

JOAN DE SAGARRA, que tampoco puede acusarse de nostálgico del antiguo régimen, escribe sobre el hundimiento en el barrio del Carmel (registro o Bugmenot.com):
"¡A ver si alguien da la cara!", le vi gritar a un vecino del Carmel el viernes por la tele, durante la visita que el presidente del Gobierno español realizó al barrio siniestrado. Esa imagen, junto a los abrazos de Zapatero y a los pitidos a Maragall -el del chapapote y los 200 millones de dólares- , son, en cierto modo, reconfortantes. Porque ves expresarse al pueblo del Carmel y te identificas con él. En relación con este tema, la señora consellera Tura, a la que yo tenía por una mujer inteligente, ha protagonizado estos días un acto lamentable. Al parecer, en una de sus apariciones en el Carmel, la señora consellera de Interior se enfrentó con los periodistas instándoles a que retirasen las cámaras mientras ella hablaba con los vecinos afectados. La argumentación que dio la señora consellera de su rechazo a los periodistas fue esta: "Los vecinos creen que los políticos sólo hablamos con ellos para salir en la foto. Por favor, retírense ustedes para que yo pueda hablar con los vecinos con toda naturalidad". No, no es eso, señora consellera.

Cuando un político quiere salir en la foto y sale en la foto -besando a un niño o acariciando al diablo de Tasmania-, no engaña a nadie. Si la señora consellera quiere hablar con los vecinos para salir en la foto, tampoco engaña a nadie. Ahora bien, si lo que desea la señora consellera es realmente hablar con los vecinos, escuchar sus quejas y soportar, si cabe, sus insultos, las cámaras y los micrófonos no sólo no van a perjudicar su diálogo sino que van a potenciarlo. Porque el vecino va a verse y escucharse en la tele, y eso va a darle confianza. Confianza en que se le escucha, que se le hace caso y hay transparencia informativa. Y nosotros vamos a estar atentos a las palabras, a las respuestas de la señora consellera, y en el caso de que sean acertadas vamos a sentir una mayor confianza en nuestros políticos, en la medida en que éstos se ocupan realmente de nuestros vecinos del Carmel. Los micrófonos y las cámaras, cuando saben utilizarse, no engañan nunca. Y eso es algo que una señora consellera de Interior debería saber. Y si una parte de los vecinos del Carmel cree que los políticos sólo están ahí para salir en la foto, es obligación de los políticos demostrarles lo contrario hablando con ellos ante las cámaras, convirtiendo la foto en una conversación, en un testimonio de sus quejas, de sus necesidades.
Sagarra da en el clavo en esta cuestión aunque evita remachar, supongo que por prudencia. Lástima.