LLEGO TARDE, por falta de tiempo, a algo en lo que me habría gustado meter baza: la dimisión del jefe de informativos, Eason Jordan, por sus controvertidas afirmaciones en el foro de Davos en el sentido de que el ejército estadounidense eliminaba conscientemente a periodistas en Iraq. Una afirmación que, desde luego, ha sido moneda corriente en nuestro país sin que pasara nada, pero que en un país con una sociedad civil madura sí ha tenido consecuencias. No por las afirmaciones en sí, sino por el hecho de que se intentara tapar por todos los medios; Jordan ha preferido dimitir antes de permitir que se hiciera público el vídeo en el que, según él, quedaba claro que no dijo lo que dijo. Y sus jefes han aceptado la dimisión, presumiblemente después de haber visto ese vídeo. Da que pensar.
Como era de esperar, buena parte de la profesión ha puesto en círculo las carretas para defenderse del ataque de los indios, y han contratacado inmediatamente disparando con "cazas de brujas" y "McCarthyismo"; como digo, llego tarde y por tanto mal, y tras escribir un comentario en el blog de Íñigo he pensado que en lugar de perorar aquí me limitaría de momento a recomendaros que leáis, si es que no lo habéis hecho ya, estas anotaciones de Montse Doval y de Manel Gozalbo.
ACTUALIZACIÓN. Jordi Orwell también comenta.
ACTUALIZACIÓN II. ¿Es Jack Schafer de Slate un cazabrujero y mccarthyista de derechas, acaso, por escribir esto?
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