lunes, mayo 16, 2005

FRANCESC-MARC ÀLVARO:
Las doce páginas del informe de expertos de la comisión parlamentaria del Carmel sobre la adjudicación de la obra pública en Catalunya no hace ni una sola referencia al pago de comisiones (del 3 por ciento o de otros porcentajes) en el proceso de contratación promovido por la administración autonómica. El presidente de la comisión parlamentaria, el neocomunista Joan Boada, ha declarado sin rubor que "ésta no era la comisión del 3 por ciento". ¿Puedo recordar, sin ánimo de ofender, que esta comisión se creó después de una muy grave acusación de corrupción realizada solemnemente por el presidente de la Generalitat en el pleno de la Cámara catalana? ¿Puedo recordar, también sin ganas de ofender, que la fiscalía se puso en marcha (y sigue) tras escuchar a Pasqual Maragall? ¿Puedo recordar, sin vocación de hacerme pesado, que este asunto propició incluso un debate de moción de censura?

[...] Si la comisión parlamentaria creada ad hoc no hace mención del 3 por ciento, se está tomando el pelo a la ciudadanía. O es que, antes, nos lo tomó el presidente de Catalunya.

Un país normal no permitiría, sin consecuencias severas, esta frivolidad de sus representantes. Luego, con inexplicable superioridad moral, los catalanes todavía osamos dar lecciones de coherencia a quienes votan a Bush y a Blair a pesar de haber mentido sobre las armas de destrucción masiva en Iraq.