A ALFONSO ROJO le pasa lo mismo que a mí, sólo que él lo escribe mucho mejor:
Uno de los días que más vergüenza ajena he sentido en mi vida fue el 14 de agosto de 2002. Otro, todavía más intenso en lo que ha [sic] sonrojo se refiere, ha sido este lunes 1 de agosto, declarado jornada de luto nacional por Zapatero en honor del difunto Fahd de Arabia Saudí.Y no se queda ahí, no creáis. Lo único que no entiendo -aparte de cómo puede haber colado el corrector de estilo de ABC ese "ha sonrojo"- es lo de la vergüenza del 14 de agosto de 2002. Quizás es porque me pierdo el contexto al leer el artículo en internet.
Hay cálices demasiado amargos y si el espectáculo del Rey árabe desembarcando en Marbella con un séquito de 400 personas fue difícil de tragar, imaginen las colas inmensas de españoles ante el palacio del saudí, mendigando un empleo de lo que fuera para ver si al final caía por la gracia de Alá una propina millonaria.
Todo eso no es nada al lado del rubor que me ha producido enterarme de que el presidente Zapatero decretaba el martes jornada de luto oficial y ordenaba que las banderas ondeasen a media asta en edificios oficiales y buques de la Armada. La Moncloa justifica esta decisión en los «lazos de amistad» que unen a los dos países y en la «ayuda» que Arabia Saudí prestó a España durante la transición a la democracia. ¡Virgen Santa!
O el redactor de la nota monclovita le sacude sin tino a la botella o anda en la inopia. ¿No se han enterado en Moncloa que, por no tener, las mujeres saudíes no tienen ni carné de identidad propio? ¿Que está prohibido edificar iglesias en el reino? ¿Que se puede ir a prisión y recibir una tunda de latigazos por santiguarse en la calle? ¿Que todavía no se respetan allí los derechos humanos más elementales? ¿Que los príncipes del petróleo, encabezados por los miembros de la dinastía reinante, ni conocen ni les importa el significado de la palabra democracia?
ACTUALIZACIÓN. Alguien había sido más rápido que yo; no lo había visto.
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