viernes, septiembre 16, 2005

LO QUE HACE la ignorancia; Txema Alegre escribe en su blog sobre el que llama "Otro Bush":
El arranque del 60.º aniversario de Naciones Unidas ha mostrado al mundo una cara del presidente Bush opuesta a la de los últimos años en los que dirigió unilateralmente al mundo con fulgor y potencia.

Admitió, por ejemplo, que para erradicar el terrorismo también hay que entender las ideas que lo promueven y hasta las condiciones de pobreza en las que se cultiva, algo distante del mensaje único hasta ahora promovido desde la Casa Blanca y sus aliados.
Cuestiones de estilo aparte (¿dirigió con fulgor y potencia? ¿algo distante, o algo distinto?), no me queda más remedio que decirle que si le parece que es otro Bush es porque probablemente lleva unos años demasiado atareado aporreando cacerolas y gritando Noalaguerra por las calles como para escuchar lo que Bush realmente estaba diciendo. O eso, o quiere ocultar conscientemente el contenido de los discursos clave del presidente estadounidense para poder echar en cara que no habla de lo que Txema Alegre cree que debería haber hablado. Le sugiero, y os sugiero también a vosotros si no lo habáis hecho porque vale la pena, que leáis con atención el discurso del 6 de noviembre de 2003 en el National Endowment of Democracy de Washington; el que dió 13 días más tarde en el Whitehall de Londres durante su visita al Reino Unido; o el que pronunció en Estambul el 29 de junio del año pasado.

Son sólo los tres ejemplos más claros (hay infinidad más, aunque estos son los más solemnes y que los no deberían escaparse a todo comentarista político digno de tal nombre) de una retórica que Txema Alegre reprocha que Bush no ha usado hasta ahora, a pesar de que lleva años utilizándola en los discursos que a los que me refiero y en unos cuantos más que no traigo aquí para no avergonzar al columnista de La Vanguardia más de la cuenta.