UNO DE MIS SECRETOS inconfesables es que por la mañana, antes de trabajar, me gusta hacer un poco de zapping por los programas informativos matutinos en la radio y en la televisión. Es ésta la que provoca más fácilmente aquello que persigo al hacerlo: dispararme la adrenalina por la indignación de tal modo que se hace prácticamente innecesaria la ingesta de cafeína para soportar la dura jornada que viene a continuación.
Ayer ya os contaba un ejemplo. Esta mañana Telecinco ha vuelto a la carga, al informar sobre la oleada de atentados de ayer en Iraq. En el primer repaso rápido anunciando los temas a abordar, el presentador ha afirmado sin empacho que los atentados se atribuyen a partidarios de la comunidad sunnita iraquí que pretenden provocar una guerra civil en el país. ¿Para demostrarlo? Nada que dijeran o reivindicaran los sunnitas iraquís, sino el mensaje de al-Zarqawi.
Jordano y líder de al-Qaeda, organización terrorista compuesta principalmente por extranjeros, y que cada vez goza de menos simpatías entre los iraquíes, incluso los sunnitas; y es que generalmente es una mala táctica masacrar a los pacíficos ciudadanos a los que se afirma estar defendiendo...
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