miércoles, septiembre 07, 2005

"SI EL KATRINA pasara por Barcelona"; Xavier Sala-i-Martín revisa lo bueno y lo malo de la naturaleza humana que la catástrofe ha sacado a relucir:
Finalmente, entre lo peor se encuentran la cara de felicidad detectada en algunos presentadores de noticiarios españoles y los comentarios de ciertos eunucos intelectuales antiamericanos que justificaron la desgracia ajena apelando a una supuesta arrogancia estadounidense y aprovecharon para despotricar contra las supuestas injusticias de esa sociedad. Sí. Es cierto que las imágenes de la televisión muestran que las víctimas son mayoritariamente de raza negra. Pero eso no es prueba de nada ya que... ¡el 80% de la población de Nueva Orleans es de raza negra! Sí. Es cierto que algunos de los que desobedecieron las órdenes de evacuar la zona eran pobres sin coche y también es cierto que, en América, la gente de ingresos bajos tiende a tener menos coches que los ricos. Pero eso no demuestra una especial injusticia social americana porque... ¡en Europa pasa exactamente lo mismo! ¿O es que el Estado de bienestar regala coches a los pobres? Más bien al contrario: dificulta su compra a través de exagerados impuestos, por lo que, según ese burdo argumento, si una sociedad es injusta con sus pobres por no proporcionarles coches para huir de las catástrofes ésta sería, precisamente, ¡la europea!

Y finalmente, sí, es cierto que los gobiernos actuaron con incompetencia extrema. Pero ni la ineficacia de los políticos es monopolio norteamericano (y no hace falta ir muy lejos para comprobarlo), ni la ineptitud del gobierno de un país justifica celebrar la desgracia de sus ciudadanos. Ciudadanos que, dicho sea de paso, siempre son la cara amable de las catástrofes al ser los que más rápida y masivamente ayudan al mundo cuando éstas se producen. Pregúntense, si no, qué habrían hecho ellos si el Katrina hubiera pasado por Barcelona.
Amen, bro'.

ACTUALIZACIÓN. Es una lástima que unas páginas más allá Quim Monzó, normalmente bien informado y muy crítico con el papanatismo progresista, le compre la mercancía averiada al alcalde de Nueva Orleans que tan esforzadamente ha estado intentando salvar su trasero, ¡cáspita!*

* Léase el artículo en cuestión para saber el por qué de interjecciones tan cursis.