MAGNÍFICO y demoledor Xavier Sala-i-Martín hoy sobre el puritanismo en relación con la libertad de fumar, ese canario que está a punto de morir en la mina legislativa. En un artículo por otra parte fantásticamente escrito, que podéis leer en La Vanguardia con registro; o en su propia web "by the snout":
Resumiendo, ni parece que los fumadores comporten costes sanitarios excesivos (más bien al contrario), ni la evidencia presentada sobre la salud del fumador pasivo es convincente. El problema para los censores de humo es que, si los argumentos relacionados con los costes económicos o de salud de terceras personas desaparecen, sólo quedan argumentos del tipo: queremos limitar el tabaco porque el humo nos molesta.Tenéis que leer el artículo para saber en qué basa estas afirmaciones.
Digo que eso es un problema porque la frontera entre lo que molesta y lo que no es peligrosamente arbitraria. Por ejemplo: ¿prohibiremos los perfumes si se pone de moda decir que nos molestan? ¿O pondremos en la cárcel a la gente que no se ducha si nos molesta el sudor? ¿Y si nos molestan los feos? ¿O los extranjeros? ¿O los judíos? ¿Dónde está la frontera de lo que es aceptable como molestia?
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