jueves, diciembre 07, 2006

HABLANDO DE IRÁN, hemos sabido que el líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, está hospitalizado bajo un máximo secreto. Al parecer Khamenei, que padece cáncer, sufre ahora una muy seria afección cardíaca.

Todo ello abre una serie de interrogantes sobre lo que pueda pasar en las altas esferas del país, inmersa en una sorda pero intensa lucha por el poder: como se sabe, hace unos días el Consejo Supremo recortó un año el mandato de Ahmadinejad, es decir, esencialmente convocando elecciones anticipadas, lo que en un país como Irán no es moco de pavo. Y todo ello en el contexto de misteriosos, muy misteriosos accidentes aéreos durante los últimos meses que han acabado con buena parte de la cúpula militar del país.


ACTUALIZACIÓN. Y eso por no hablar de los crecientes problemas de la industria petrolífera en Irán, como explica Business Week. Además hay algo que sorprenderá a más de uno: Irán, con todo el petróleo que tiene bajo sus pies, es importador de la mayor parte de la gasolina que necesita. Sí, porque no tiene industria que convierta ese petróleo en combustible listo para consumir. Si a eso se le añaden los problemas en la propia extracción de petróleo que comenta Business Week, resulta que ese poder que se supone que tiene Irán no es ni mucho menos tan determinante como parece.