martes, marzo 13, 2007

ROSA MONTERO en El País:

He aquí que Zapatero se ha echado en brazos de Marruecos y se ha puesto a darse besos de tornillo con ese régimen tan fino, tan moderno y tan democrático. Más aún: nuestro hombre ha respaldado con entusiasmo el plan alauita de autonomía del Sáhara.



[...] Ciertamente asombra que este Zapatero tan preocupado por atender las ansias nacionalistas de todo pichichi, resulte estar de repente sordo como una tapia cuando se enfrenta no ya a una reivindicación de independentismo, sino a un caso ejemplar de territorio ocupado ilegalmente por un país vecino. Los saharauis fueron invadidos, perseguidos, bombardeados por los marroquíes. Y hay resoluciones de la ONU que les amparan. Se diría que todo eso se lo pasa Zapatero por el talante. Tampoco acabo de entender que nuestro paladín de las civilizaciones aliadas dé la espalda de manera tan olímpica a un pueblo islámico moderno que apuesta por la vía diplomática y no por el terrorismo. Qué malísimo ejemplo estamos dando cuando no escuchamos a los pacíficos. Claro que tampoco estamos haciendo gran cosa por otras víctimas, las de la dictadura cubana. También ahí estamos extrañamente tibios, extrañamente dudosos, demasiado cerca de los verdugos. Es una política internacional desconcertante.
Para alguien que idolatra la ONU, Zapatero se ha mostrado bien dispuesto a pasar olímpicamente de la organización en este tema. Un tema que ya tiene consecuencias directas: Argelia, el proveedor del 60% del gas natural que se consume en España, ya ha anunciado una importante subida de precio. Una diplomacia muy hábil.



Y una oposición bastante inútil: ahí tiene un tema que podría seguir, pero su atención parece monopolizada por otros temas que todos conocemos.



Mientras tanto, seguimos a la espera de la reacción de la izquierda, que hasta no hace mucho tenía como propia la causa saharaui.