EL PAÍS abre su edición digital con "Un nuevo estudio asegura que 151.000 iraquíes han muerto desde la invasión de EE UU". Y con ello, los 650.000 se van por el agujero de la memoria, como si el propio diario no hubiese estado berreando esta cifra durante meses. A otra cosa, mariposa.
Dije el otro día que esperaría sentado a que todos los medios que se tragaron la cifra de 650.000 del estudio de la revista Lancet se retractaran, o aclararan que se había demostrado que el estudio era fraudulento. Por lo que se ve -y no me sorprende demasiado- simplemente han elegido publicar otra cifra sin más, sin molestarse en explicar nada, con la esperanza de que la gente no recuerda nada.
Para su desgracia, hay una cosa que se llama memoria (o mejor dicho dos: memoria y buscador de internet...)
Ahora sólo hace falta que detallen cuántos de esos 151.000 muertos lo han sido a manos de la coalición y cuántos han sido a manos de los gloriosos resistentes. Tan gloriosos que en lugar de atacar al invasor -algo que podría considerarse legítimo- asesinas a mujeres y niños indefensos, en mercados y escuelas, con el fin de conseguir poner en un aprieto a los invasores gracias al impagable rol de la prensa occidental -que nunca podrán agradecer bastante- con artículos como estos en los que se echan los muertos que ellos han provocado a la cara de su enemigo.
No puede haber mejor incentivo para seguir matando. Si yo supiese que cuando atracase un banco le iban a echar la culpa a mi mayor enemigo no me quitaría el pasamontañas de la cabeza. Además de conseguir pasta, sería el otro que se comería el marrón.
Felicidades, prensa occidental.
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