jueves, mayo 06, 2010

SIGO OYENDO A ANTONIO CARMONA explicar a quien le quiera oír su teoría sobre el batacazo de la bolsa del martes, que lanzó aquí: todo se trató de un ataque coordinado por cuatro o cinco personas muy concretas, que ahora no sólo sospecha como en el momento de escribir el post, sino que sabe quiénes son con nombres y apellidos. Esas personas muy influyentes, insiste, diseminaron los rumores falsos que provocaron el bajón. Y él lo sabía desde el día antes, afirma para autoconcederse toda credibilidad, para convencernos de que no se trata de buscar una tapadera a la desesperada a posteriori.

Me cuesta mucho creerlo.

Qué demonios, lo diré claro: no se lo cree ni él.

En primer lugar porque esos cuatro o cinco malos tendrían algo mejor que hacer el día antes de su trama corrupta que explicarle sus planes a nadie, y aún menos a Carmona. Pero es que además, si realmente es así, habría una manera de frenar ese ataque en seco y dar un buen ejemplo a quienes tengan intención de hacer lo mismo: no hablar de que "sé quienes son" simplemente, sino dar los nombres y apellidos. Si no penalmente, esas personas quedarían expuestas a la luz pública y perderían todo incentivo para atacar a la economía española. ¿Quiere Antonio Carmona que nos creamos que teniendo en su revólver la bala de plata que acabaría con los especuladores-lobo renunciaría a usarla sólo para... para qué, exactamente? ¿De verdad quiere que creamos que dejaría pasar una oportunidad como ésta de hacer uno de los favores más importantes que se le podría hacer a Zapatero y por extensión a la economía nacional? ¿Quié sería el antipatriota entonces, por usar la lógica del gobierno y sus palmeros?

En serio: se puede defender a Zapatero en cuestiones económicas (cada uno es muy libre de escoger sus vicios), pero otra cosa es ponerse en ridículo.

Me gustaría saber qué piensar Carmona de lo que está pasando en estos mismos momentos en Wall Street. ¿Son esos mismos cuatro o cinco Moriartys, o son otros?