miércoles, septiembre 19, 2012

Y DALE con que, tras el vídeo que salió a la luz, Romney ha arruinado su campaña. Eso es mucho suponer: de hecho, aunque todo el mundo habla de que Obama se adelanta en las encuestas —posiblemente porque van con 4 ó 5 días de retraso leyendo sobre el tema que en teoría se supone que dominan— resulta que la última de Gallup pone a Romney a tan sólo un punto por detrás.

Además, ya dije ayer que ese vídeo molestará básicamente a quien jamás iba a votar a Romney, igual que pasó hace 4 años con el de Obama y los que se aferran a sus armas, a la religión, y a la xenofobia, que sólo enfadó a quienes no querían verlo en la Casa Blanca de todos modos. Y posiblemente a pocos de aquéllos: dijo algo no demasiado políticamente correcto, desde luego, pero no olvidemos que lo hizo en una reunión con sus donantes:
Lo del 47% lo dijo Romney en una cena de recolección de fondos en Boca Ratón (Florida): “Hay un 47% que están con él, que son dependientes del Estado, que se sienten víctimas, que creen que el Estado tiene la responsabilidad de cuidar de ellos. Mi trabajo no es preocuparme de esa gente. Nunca los voy a convencer de que tienen que asumir sus propias responsabilidades. Lo que yo tengo que hacer es convencer al 5 o al 10% que están en el centro y que son independientes”.
Me cuesta ver qué encuentran de extraordinariamente polémico en estas palabras (me hace gracia lo que escribe El País: "Este vídeo deja más patentemente que nunca en evidencia al Romney que dice lo que su audiencia quiere oír." No como Rubalcaba, o como Obama, que le dicen a la gente lo que menos les interesa, y los insultan...). Si se tiene en cuenta que está hablando a gente que le ha dado dinero para financiar la campaña y que por lo tanto espera que no lo tire por la ventana en acciones de campaña inútiles, lo de "mi trabajo no es preocuparme de esta gente" está claro que se refiere a la gente que seguro que votará a Obama. No está diciendo que no se preocupa por esa gente como seres humanos, y que no lo hará si llega a la Casa Blanca. No: lo que está diciendo es que no va a malgastar su dinero en intentar convencer quien ya tiene claro su voto, y que se va a centrar en los indecisos, que son los que pueden orientar su voto en hacia él o hacia su rival.

Mejor o peor expresado, no es algo que no hagan todos los candidatos de todos los partidos de todos los países. Entiendo que los demócratas estén intentando sacar el jugo a esto como si hubiesen encontrado la Donna Rice de Gary Hart. Y entiendo que la prensa amiga de Obama le eche una mano, y sé que los medios españoles prácticamente no leen otra cosa que ésta, con lo que no pueden calibrar el alcance de un fenómeno como este. Lo que no acabo de entender, sin embargo, es que repitan igual que loritos, como si desde aquí pudiesen influir en el electorado yanqui.