viernes, junio 11, 2004

LOS CORRESPONSALES DE GUERRA están sometidos a grandes riesgos, que no dudan en denunciar cuando provienen de "los malos", es decir, de los países que integran la coalición internacional que liberó a Iraq de una tiranía enloquecida. Pero cuando miembros de la gloriosa resistencia iraquí se hacen pasar por periodistas de TV e intentan acceder al cuartel general de la coalición en Bagdad (lo que aumenta el riesgo de los profesionales de la información genuinos al extender sobre ellos un manto de desconfianza, y además mancha el buen nombre de la profesión, con lo que les preocupa), se despacha como si fuera una gamberrada sin más importancia o directamente se ignora. ¿Alguien ha leído algo de esto en nuestro país, que sabe una o dos cosillas sobre la repercusión mediática alrededor del riesgo de los enviados a la guerra de Iraq?:
Four Arab men posing as journalists were arrested this week when explosives residue was detected on them as they tried to enter the Baghdad headquarters of the U.S.-led administration, a senior U.S. army officer said.

The officer, a top security official in the compound which hosts news conferences given by senior U.S. and Iraqi officials and houses the U.S. consulate, said explosives were found in the men's hotel room after the arrests on Sunday.

They were posing as employees of an international television company and carried fake identification cards and were trying to drive a van into the compound when they were arrested, he said.
No se especifica de qué empresa televisiva se trata, pero por lo visto cuando se llamó a sus oficinas para comprobar las identidades de los héroes, la respuesta fue que no los conocían de nada. Vete tú a saber si estaban haciéndose los despistados, y que conste que esto último lo digo no del todo en broma. Y es que lo lógico sería que todos los periodistas acreditados corrieran a distanciarse y denunciaran firmemente incidente, aunque sólo fuera pensando en su propia seguridad, pero no lo han hecho.

En cualquier caso, recordad este episodio la próxima vez que haya gritos histéricos porque los yanquis hayan retenido, en las calles de Bagdad o de alguna otra población iraquí, a algún periodista para comprobar su identidad.