miércoles, agosto 03, 2005

¡GUANTÁNAMO! ¡Abu Ghraib!
El primer informe forense que obra en poder del juez de Roquetas de Mar que lleva el caso de un detenido que falleció en el acuartelamiento de la Guardia Civil de esa localidad el pasado domingo señala, según el abogado de la acusación particular, José Ramón Cantalejo, que J. M. G., de 39 años, falleció por asfixia y no por paro cardíaco como inicialmente informó el instituto armado. El letrado, en declaraciones a Europa Press, señaló asimismo que el cuerpo del fallecido presentaba "señales evidentes de maltrato".

Por otra parte, el teniente suspendido ha reconocido en su declaración ante la juez de Roquetas de Mar que usó una porra eléctrica, que no figura como arma reglamentaria. La acusación particular ha podido saber que además de la porra eléctrica usó una porra extensible y un spray paralizante.
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Las otras causas que concurrieron en esta muerte, que la autopsia fecha en las 17.44 del citado día y atribuye a una “insuficiencia respiratoria o cardiorrespiratoria aguda”, aún están siendo “sometidas a estudio”. Sin embargo, el informe cita un cuadro de lesiones que incluye “numerosos infiltrados hemorrágicos que indican golpes de cierta intensidad”, y añade que en la cara “son evidentes también numerosos golpes, apareciendo hematomas externos bien visibles sobre la frente, el pómulo y el ojo derecho”. La autopsia indica también que la victima fue sujetada con fuerza por el cuello, aunque sin provocarle asfixia; fue golpeada en el pecho o la espalda y en la boca; recibió entre tres o cinco golpes con una porra en el tórax y ocho más en la zona lumbar; y fue arrastrado por el suelo y lanzado contra el suelo boca abajo.
A ver si, como en el caso de las torturas en Abu Ghraib, los culpables son juzgados, encarcelados y apartados del cuerpo.