sábado, octubre 03, 2009

POR CIERTO que parece como si hoy El País estuviese elevando algo el tiro, titulando "Pujol confirma que el socialista Múgica le habló de un militar para sustituir a Suárez." Uno esperaría que hubiesen escrito "Pujol confirma que Múgica, el defensor del pueblo nombrado por Aznar, le habló de un militar para sustituir a Suárez" -- es lo que seguro habrían hecho en otras épocas pretedetianas-- pero no, prefieren señalar la afiliación zapateril. Y además al elegir el verbo "confirma" le otorgan credibilidad y en cierto modo lo suscriben; uno sólo puede confirmar lo que ya se sabe de antemano que es cierto. Si no les hubiese gustado, o si no pretendieran lanzar un dardo, habrían usado "acusa" o algún verbo parecido ("Pujol acusa al socialista Múgica" etc), como hacen siempre que quieren restar credibilidad a una afirmación que alguien ha hecho.

En cuanto a la noticia en sí, se trata evidentemente de la versión de Pujol, pero coincide con las informaciones sobre la misteriosa comida en casa del alcalde de Lleida, el también socialista Antoni Siurana, con el general Armada y el propio Enrique Múgica en su etapa PSOE-pura-cepa, poco antes del 23-F.
El veterano político catalán asegura en el libro -que la semana próxima saldrá a la venta- que los socialistas se plantearon forzar la dimisión del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez para poner en su lugar a un militar "de talante democrático". Aunque no es la primera vez que ese dato sale a la luz, Pujol confirma ahora personalmente que en el verano de 1980, un momento de grave crisis política por la debilidad de la UCD, recibió la visita de Enrique Múgica, entonces destacado dirigente socialista, que posteriormente llegó a ser ministro de Justicia y hoy es Defensor del Pueblo.


Según el ex presidente, la visita tenía por objeto "preguntarme cómo veríamos que se forzase la dimisión del presidente del Gobierno y su sustitución por un militar de mentalidad democrática". "Le manifesté mi desacuerdo total. Esta visita, con otros hechos, habla de una prisa muy grande de los socialistas por llegar al poder. En definitiva, muy poco responsable", concluye Jordi Pujol.
Pues no tardaron ni un año en intentarlo...