Y MIENTRAS mientras tenía a todo el mundo distraído corriendo tras la liebre Sinde, la clase política nos cuela algo que sí es realmente un ataque a la libertad de expresión:
Ayer martes no se aprobó la Ley Sinde, pero sí que se aprobó la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), la ley electoral, después de 25 años, que modifica y recorta algunos derechos para las elecciones.
Aprobada por PSOE, PP, CiU y PNV, y rechazada por IU-ICV, ERC, UPyD y BNG, contempla la extensión de los criterios de pluralismo y proporcionalidad a las televisiones privadas, según informa Europa Press.
Este pacto político obliga a todas las televisiones privadas a incluir en sus informativos espacios sobre la campaña electoral, dedicando un tiempo proporcional al de elecciones anteriores. Se trata de una obligación que ya se utiliza en las televisiones públicas, en las que no se puede dejar de dar información de un partido en campaña o darle más tiempo a otro.
En las televisiones públicas tiene su lógica, puesto que están sufragadas en gran parte por los ciudadanos. En cambio, las televisiones privadas sólo tienen una concesión administrativa del Estado o las Comunidades para emitir, lo que han utilizado como excusa para obligarlas a las cadenas a cumplir estos requisitos.
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