ALFONSO ROJO, después de coincidir conmigo sobre la nula diferencia entre Afganistán e Iraq desde el punto de vista de la mal llamada legalidad internacional, deshace el mito del afgano bueno que va a ser ayudado por ONGs:
Lo esencial -en palabras del propio Bono- es que nuestros soldados están en Afganistán «luchando contra el terrorismo» y que si no actuamos, no nos quedará otro remedio que rezar y esperar a que los malos nos caigan encima.Eso no es todo, amigos; seguid leyendo (hat tip: JBW)
Por si algún incauto se ha tragado el mensaje subliminal del «afgano bueno», al que las ONG protegidas por nuestros soldados ayudarán a salir de la miseria, voy a recordar quiénes son nuestros aliados allí.
El general Dostum, a quien el presidente Karzai tiene como comandante de Estado Mayor y con quien nuestros oficiales compartieron mesa y mantel cuando andaban por Mazar i Sharif, se formó militarmente en la URSS. Defendió la presencia soviética en Afganistán, se alió con el asesinado Masud cuando en 1992 cayó el régimen comunista de Najibullah, se coaligó dos años más tarde con el fundamentalista Hekmatyar y tras arrasar y saquear Kabul escapó a Turquía al ver venir a los talibán. Ahora es «pronorteamericano».
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