viernes, enero 07, 2005

SI ALGÚN DÍA me encuentro con este biofísico argentino, la verdad es que no sabré si pedirle que me acompañe a comprar lotería, o si huiré lo más rápido posible de su lado:
En 1985 estaba en México cuando lo sorprendió aquel terremoto feroz que dejó más de 30.000 muertos. En 2001 se encontraba en Nueva York cuando dos aviones protagonizaron el ataque más devastador del terrorismo. Y hace poco más de una semana sobrevivió en Tailandia a uno de las peores desastres naturales de la historia.