LLEVABA TIEMPO queriéndolo hacer y ahora se me ha presentado la ocasión para ello. De hecho probablemente no haya mejor motivo. Os cuento primero el
qué y después el
por qué.
Como sabéis,
Franco Alemán es un seudónimo que empecé a utilizar, medio en serio y medio en broma, hace unos tres años. Recordaréis que era el momento en que el eje "galo-germánico" era el que nos iba a salvar de las garras asesinas de
Bú,
Blé y
Ansar, y me pareció divertido usar un mote precisamente para intentar descubrir algunas miserias de aquél, ya que los medios estaban -y están- empeñadísimos en cantarnos sus glorias. Así iba comentando en foros y blogs, con la idea de, antes o después, montar mi propia bitácora. Y apareció Golan, que tuvo la amabilidad (algunos dirían que la osadía) de proponerme que me uniera a
HispaLibertas en tanto no lo decidiera. Ese momento llegó, como sabéis, en mayo de 2004; dos meses más tarde sacaba también una edición en inglés.
En principio el uso de sobrenombre tenía una ventaja clara. Por supuesto, quien tenía que saber quién era yo lo sabía, pero al mismo tiempo (y usado no como escudo para poder insultar y atacar impunemente sino de forma continua y coherente, como es mi caso) permite que se valore lo escrito independientemente de su autor. Los argumentos pueden analizarse o criticarse, se puede estar de acuerdo con ellos u opinar de forma absolutamente contraria, sin que estén mediatizados por la propia personalidad de quien está detrás del texto. Como argumentó el juez Stevens en una
memorable sentencia del Tribunal Supremo estadounidense,
[Q]uite apart from any threat of persecution, an advocate may believe her ideas will be more persuasive if her readers are unaware of her identity. Anonymity thereby provides a way for a writer who may be personally unpopular to ensure that readers will not prejudge her message simply because they do not like its proponent. [...] Under our Constitution, anonymous pamphleteering is not a pernicious, fraudulent practice, but an honorable tradition of advocacy and of dissent. Anonymity is a shield from the tyranny of the majority.
Pero al mismo tiempo el seudónimo tiene también sus inconvenientes. El primero y fundamental es que no permite una personalidad pública coherente; la vida real y la blogosférica se desdoblan de forma que se hace imposible la retroalimentación entre ambas. No sólo es algo ligeramente esquizofrénico sino, por encima de todo, tremendamente ineficiente desde el punto de vista profesional. Además, la mala fama -inmerecidamente mala, pero mala al fin y al cabo- que tiene todo lo anónimo y confidencial en nuestro país dados los excesos del pasado (¿y del presente?) hace que el uso de seudónimo suponga un
minus en cuanto a credibilidad.
Así que en varias ocasiones durante este tiempo me había planteado muy seriamente
salir del armario; en esos momentos no me decidí a hacerlo porque, me gustase o no, Franco Alemán había adquirido vida propia y no quería -frase dedicada a los consultores en la sala- tirar la
built equity por la ventana. Pero ahora ha llegado el momento, el "ahora o nunca".
Y es que hay algo que tengo que anunciaros; cuando lo haya hecho, os daréis cuenta de que no tendría sentido sin haber salido antes públicamente a la luz aquí, en mi propio blog y ante mis amigos y lectores (muchas veces ambas cosas a la vez).
Me uno a un proyecto ilusionante que arrancará oficialmente el próximo día 16 de noviembre, y quiero que seáis los primeros en saberlo: me incorporo a
Pajamas Media como editor europeo. Como muchos seguramente sabréis, en Pajamas Media (nombre provisional; el definitivo se dará a conocer el día 16 durante la presentación en Nueva York), fundada por
Roger Simon y
Charles Johnson, cientos de blogs afiliados en todo el mundo, todos muy conocidos,
formarán una red que agregará lo más granado de la blogosfera en inglés. En cuanto al contenido, el enfoque es absolutamente apartidista: la inclusión en la red depende más de la calidad que de las ideas políticas que manifiesten sus autores. Por ello se ha constituido un
consejo editorial que es un verdadero
Who's Who de la prensa estadounidense. En él figuran desde Michael Barone (U.S. News & World Report), a David Corn (The Nation), pasando por Tammy Bruce o John Podhoretz (y unas cuantas sorpresas mayúsculas que desgraciadamente no puedo anunciar hasta que aparezcan en la web de Pajamas Media; id visitándola para novedades). También Richard Fernandez (Wretchard, de Belmont Club) que desde Sydney será el editor australiano, de modo análogo a mi rol desde el viejo continente.
No hace falta que os diga lo emocionante que es para mí unirme a un equipo así; me siento como si me hubiese fichado la NBA.
Así que, tras haber hecho el anuncio, y sin grandes alharacas porque no quiero hacer mi
salida del armario algo más importante de lo que es -nada-, ahí va: mi nombre es José Miguel Guardia (o Josep Miquel, indistintamente), tengo una licenciatura en derecho por la universidad de Barcelona además de varios cursos en el ámbito de la gestión de empresas. Llevo casi 15 años vinculado de un modo u otro al sector tecnológico y a la generación de contenidos online y offline (los tres últimos también sobre tema político, y si no me creéis, ¡preguntádselo a Franco Alemán!). De hecho, seguiré blogueando como Franco Alemán (aunque probablemente use a partir de ahora mi nombre real en otro tipo de escritos y colaboraciones), pero ahora habiendo dicho ya quién soy. Y vosotros sabiendo quién es el que está detrás de ese nombre.
No quiero acabar esta anotación sin antes agradecer a tantísimas personas que me han estado apoyando durante todo este tiempo: leyendo, comentando, enlazando, enviando correos electrónicos con información u observaciones. También a quienes me han criticando respetuosamente, porque me han obligado a pensar y, por tanto, a mejorar. A todos, muchas gracias.
Por motivos evidentes, no habilito los comentarios de este post.
ACTUALIZACIÓN (29 de Octubre de 2007): Desde esta fecha
asumo el puesto de Supervising Editor.
ACTUALIZACIÓN II (7 de Noviembre de 2008): Tras tres años apasionantes, he decidido que era el momento de tomar una nueva dirección y dejar Pajamas Media.