LLEVO TIEMPO diciendo que este es uno de los factores que explican la situación:
En el caso particular de las empresas europeas, y singularmente las españolas, buena parte de la financiación llega (o al menos se espera) a través de los bancos: se estima que la dependencia de la financiación bancaria en España se encuentra en torno al 80%, siendo el 20% restante no bancaria; el ratio es prácticamente inverso en EEUU o UK (20/80), y muestra cierto equilibrio en Alemania o Francia (50/50).
En EEUU lo habitual es que los bancos financien el circulante, pero a nadie se le ocurre ir a una entidad financiera a pedir dinero para poner en marcha una empresa. Para eso están los "friends, family and fools" primero, después angel investors y empresas de seed capital y, más adelante cuando la empresa haya crecido algo, las de capital riesgo en incluso la salida a bolsa. Los bancos no tienen una estructura de análisis de riesgo adecuada (como desgraciadamente se ha visto), y además los inversores privados pueden aportar sinergias entre sus distintas inversiones, lo que beneficia a cada una de ellas por separado.
¿Por qué no es así en España? Hay varias razones, desde luego, entre ellas la distinto marco regulatorio. Pero también es porque la mayoría de emprendedores entienden que dar entrada a inversores diluye la participación que tienen en "su bebé" y por tanto la posibilidad de hacerse ricos si todo sale bien. En cualquier caso pierden, o ven muy limitada, la capacidad de "mandar". En EEUU la mayoría prefieren ser cola de ratón antes que cabeza de león, si ese ratón puede vivir pero el león corre el riesgo de ahogarse. Prefieren tener un 10% de una empresa que salga adelante antes que un 100% de una que se estrelle.
Pero además. los aguerridos emprendedores españoles no se dan cuenta de que la financiación privada, además de ser barata (no hay que pagar intereses) asume el mismo riesgo que el emprendedor: que la empresa no vaya bien. Todos, emprendedor e inversores, perderán lo invertido. En cambio un banco te va a pedir que devuelvas el crédito a la empresa, que normalmente habrás tenido que avalar personalmente, si todo va bien. Pero también si la empresa se hunde.
Recordadlo cuando oigáis eso tan manido de que "en EEUU no se castiga el fracaso empresarial".