IMAGINAD que algún periodista estadounidense que acompañara al ejército yanqui escribiera esto en una crónica, con signos de exclamación incluidos:
¡Ya vuelan los helicópteros sobre la playa, ya se atisban los barcos de la armada, USS John F. Kennedy, USS Carl Vinson, USS Nimitz, John C. Stennis, en el horizonte! En esta hermosa y larga playa, la más bella de la zona, ha empezado a desembarcar el primer contingente americano de la coalición multinacional en Iraq. Soldados con flamantes cascos hacen señales con amarillas banderas a las barcazas que acostan en las arenas para descargar los piraña, los vehículos anfibios, los hummer, los camiones de transporte. Raudos, se deslizan sobre la húmeda orilla de la playa hasta el lugar de su concentración, antes de emprender viaje a su acuartelamiento inicial en la comarca de Basora. ¡Es el desembarco más importante de la US Navy desde Da Nang, desde el tiempo de la guerra del Vietnam!
En la playa un pequeño grupo de habitantes- algunos muchachos de madre americana, que estudian en Boston- ondearon la bandera, la única bandera de la unión.
Impensable, ¿verdad? A los cinco minutos oiríamos el coro de siempre diciendo que es un artículo panfletario que demuestra que los periodistas yanquis no se atreven a ejercer su capacidad crítica con el poder porque están amedrentados por al quasi-fascista
Bú y sus Neocones. O incluso peor: que el periodista es un vendido y está haciendo pura propaganda política, escribiendo hechos ficticios por cuenta del Pentágono.
Pues bien, exactamente esto es lo que escribe Tomás Alcoverro en La Vanguardia sobre las tropas españolas en el Líbano (con los nombres cambiados, naturalmente), y que reproduzco para que comparéis:
¡Ya vuelan los helicópteros sobre la playa, ya se atisban los barcos de la armada, Patino, Galicia, Pizarro, Juan de Borbón, en el horizonte! En esta hermosa y larga playa de Tiro, la más bella de Líbano, ha empezado a desembarcar el primer contingente español de la Finul, la fuerza internacional de las Naciones Unidas para Líbano. Soldados con flamantes cascos azules hacen señales con amarillas banderas a las barcazas que acostan en las arenas para descargar los piraña, los vehículos anfibios, los hammer, los camiones de transporte. Raudos, se deslizan sobre la húmeda orilla de la playa hasta el lugar de su concentración, antes de emprender viaje a su acuartelamiento inicial en la comarca de Marjayun. ¡Es el desembarco más importante de la Armada desde Alhucemas, desde el tiempo de la guerra de Marruecos!
En la playa un pequeño grupo de habitantes de Tiro - algunos muchachos de madre española, que estuadian en Pamplona- ondearon la bandera, la única bandera del Estado peninsular.
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