"¡NO ME PEGUES, no me pegues! ¡Déjame! ¡No me pegues!" Era lo que se oía en las imágenes de un videoaficionado que grabó el confuso episodio de ayer que acabó con la muerte de un detenido por los Mossos d'Esquadra:
El juzgado de guardia investiga el fallecimiento en Barcelona de un individuo mientras se encontraba detenido por los Mossos d´Esquadra en la avenida Meridiana de la capital catalana. La investigación trata de determinar si el fallecimiento de Carlos Antonio S. G., de 32 años, guarda relación directa con el hecho de su arresto.Antena 3 ha emitido el vídeo hace un rato; podéis verlo aquí.
El fallecido se encontraba ayer sobre las cuatro de la madrugada cruzando la Meridiana de lado a lado, poniendo en peligro su vida y con la posibilidad de provocar un accidente de tráfico. Se produjeron varios frenazos de vehículos que circulaban por esa vía rápida. Numerosos vecinos escucharon el alboroto. Al parecer, Carlos Antonio S. G. estaba ebrio o mareado y gritaba. Eso hizo que varias personas marcaran el teléfono de la policía. Acudieron al lugar patrullas de la Guardia Urbana, del Cuerpo Nacional de Policía y de los Mossos d´Esquadra.
Los coches de la policía autonómica fueron los primeros en llegar y se hicieron cargo de la situación, indicando a las patrullas de los otros cuerpos que podían retirarse, lo que hicieron tal y como han confirmado fuentes oficiales tanto de la Guardia Urbana como del Cuerpo Nacional de Policía.
Los mossos d´esquadra que se encontraban allí, bajo el mando de un sargento, tuvieron que vérselas, según consta en las diligencias policiales y confirman algunos testigos, con una persona muy agitada y violenta, que presentó una feroz resistencia. Los policías le dieron inicialmente el alto y él salió huyendo. Finalmente le dieron alcance a la altura de la esquina de la Meridiana con la calle Trintxant. Los agentes querían lograr que se calmara y depusiera su actitud. Sin embargo, las cosas se fueron complicando. En ese momento ya había tres patrullas de la policía autonómica.
Carlos Antonio S. G. se revolvió ante la presencia de los agentes y trató de impedir cualquier acercamiento a su persona. Una vez alcanzado el contacto físico entre los policías y el supuesto alborotador, el fallecido llegó a morder a varios de los mossos d´esquadra que trataban de reducirlo. Al fin, se le logró reducir y acabó en el suelo esposado. Quedó detenido, acusado de un delito contra la seguridad del tráfico y otro de resistencia y desobediencia.
El hecho es que, según la versión oficial facilitada por la policía autonómica, los agentes se vieron obligados a trasladar al detenido en una ambulancia porque cesó su actitud hostil y pareció "quedarse como adormecido".
Entonces avisaron al 061. Al parecer, Carlos Antonio S. G. sufrió una parada cardiorrespiratoria de origen por ahora desconocido.
Por supuesto los gritos podrían no ser más que fruto del estado desquiciado de una persona (por el motivo que sea: estado mental, drogas, alcohol, o una mezcla de todo ello); pero en cualquier caso estamos ante un hecho que va a haber que investigar e informar a la opinión pública en detalle.
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