miércoles, octubre 12, 2005

ALFONSO ROJO:
Nuestros medios de comunicación suelen encontrar alguna justificación para las atrocidades que perpetran los enemigos de Occidente. Se condena el crimen, se lamenta la muerte, se expresa el horror, pero siempre con un «pero» o un «sin embargo» destinado a subrayar que la culpa no es sólo del matarife.

Es una estafa a la ciudadanía. Nosotros nos avergonzamos de nuestros delitos. Los islámicos, no. Nosotros juzgamos a nuestros facinerosos. Ellos no. Nos sonrojamos al ver las fotos de Abu Ghraib. O pedimos que se sancione al guardia civil que pateó a un inmigrante en la valla de Melilla. Ellos y ahí están en las hemerotecas los casos de Sadam Husein y los de los emires petroleros, pagan un «premio» millonario a la familia del terrorista suicida que se inmola en un autobús repleto de escolares judíos.
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