lunes, noviembre 20, 2006

VAYA, Y A MÍ que me había convencido Michael Morre, -perdón, Moore- de que estas cosas sólo pasaban en la violenta sociedad estadounidense en la que cualquiera compra una arma en el supermercado, como en Columbine:
La toma de rehenes en un instituto del noroeste alemán se saldó con la muerte del secuestrador y con al menos ocho personas heridas, entre ellas una maestra embarazada, según confirmó un portavoz policial. Aunque la Policía alemana no ha confirmado que el secuestrador se ha suicidado, como apuntaban algunos medios de comunicación, indicó que murió "por su propia arma". Además de un arma, llevaba varios explosivos.
Por cierto, como podréis comprobar he vuelto antes de lo que pensaba.


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