martes, octubre 01, 2013

DICE ARTUR MAS que la Unión Europea jamás se ha pronunciado oficialmente sobre qué ocurriría si una parte de un estado miembro se desgaja; y que lo que están diciendo algunos es por "estrategia del miedo".

Dentro Sr. Romano Prodi, 1 de marzo de 2004, a la sazón presidente de la Comisión Europea, en respuesta a una pregunta escrita, y manifestándose oficialmente (copio textualmente) en nombre de la Comisión:
La Comunidad Europea y la Unión Europea se constituyeron mediante los tratados pertinentes entre los Estados miembros. Estos tratados se aplican a los Estados miembros (artículo 299 del Tratado CE). Cuando una parte del territorio de un Estado miembro deja de formar parte de ese Estado, por ejemplo porque se convierte en un Estado independiente, los tratados dejarán de aplicarse a este Estado. En otras palabras, una nueva región independiente, por el hecho de su independencia, se convertirá en un tercer Estado en relación a la Unión y, desde el día de su independencia, los tratados ya no serán de aplicación en su territorio.
 

Según el artículo 49 del Tratado de la Unión Europea, cualquier Estado europeo que respete los principios establecidos en el apartado 1 del artículo 6 del Tratado de la Unión Europea podrá solicitar el ingreso como miembro de la Unión. Una solicitud de este tipo requiere, si es aceptada por el Consejo por unanimidad, la negociación de un acuerdo entre el Estado solicitante y los Estados miembros sobre las condiciones de admisión y las adaptaciones que esta admisión supone de los tratados. El acuerdo está sujeto a la ratificación por parte de todos los Estados miembros y del Estado solicitante.
Si a eso le añadimos el artículo 4.2 del Tratado de la Unión Europea ("[La Unión] respetará las funciones esenciales del Estado, especialmente las que tienen por objeto garantizar su integridad territorial"), así como avisos de voces cualificadas —la última de hoy— creo que está claro que la viabilidad de una declaración unilateral de independencia no habría por dónde cogerla si se quiere estar en la UE, y que afirmar lo contrario es simplemente ocultar la verdad. Mentir, vaya.

Dicho esto también hay que decir que se puede vivir perfectamente, incluso muy bien, fuera de la UE. Lo que ocurre es que para ello habría que tener una estructura política y económica totalmente distinta, o por lo menos ir hacia ella de manera rápida: burocracia reducida, regulación escasa, bajos impuestos, fomento de la actividad económica y la inversión extranjera,  y demás. Yo firmaría sin pensármelo dos veces. Pero desgraciadamente, no es hacia ahí donde apunta Catalunya.