lunes, noviembre 11, 2013

ESTO, QUERIDOS NIÑOS, lo escribe todo un catedrático universitario en uno de los principales diarios españoles:

La segunda ley de la Termodinámica nos dice que no hay sistemas con eficiencia igual a la unidad, y de hecho, que las eficiencias aquí, en la Tierra, son del orden de un 15% en el mejor de los casos, cuanto tomamos todos los factores en cuenta.

La economía es esencialmente circular, incluido en la circularidad el concepto de PIB. Yo pago al panadero, que paga al que vende ropa que paga al dentista que paga el colegio que me paga a mi que pago al panadero. Pero en cada uno de esos pasos se pierde algo de dinero, no se gana, con el resultado de que si no se regeneran las entradas de riqueza, al final la máquina se detiene.

La riqueza es, exclusivamente, la energía que extraemos del sol, hoy directamente, o a través de la energía solar almacenada en los combustibles fósiles. Energía no solo para mover los coches, encender las luces y las calefacciones, sino sencillamente, para vivir, pues lo que comemos es esencialmente energía con algunos oligoelementos para mantenernos sanos. La riqueza humana, desde que aparecimos como Homo Sapiens hasta, digamos, 1800, era exclusivamente la agricultura. La gente rica se hacía rica almacenando los excedentes energéticos derivados de la agricultura. Se hacían ricos con el comercio, por ejemplo, pero este comercio, en telas y ropas por ejemplo también, era posible solo porque las ovejas comían, el algodón y el lino crecían y los trabajadores ingerían para tejer y coser.

Seguid vosotros, que a mi me da algo.