HAY ALGUNAS BASTANTE ESTUPEFACIENTES, SÍ: Las series son una droga.
Y en general, hablando incluso de las buenas, me revienta que el concepto “ver series” se haya puesto tan de moda. Junto a los gintonics, han pasado a formar parte de esa especie de cultura pop que te hace triunfar en las reuniones sociales: sin saberse al dedillo los detalles cada temporada de Breaking Bad, o conocer los secretos de las combinaciones de ginebras exóticas, uno no es nada.
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