SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ: “Mariano Rajoy dijo este martes además algo sorprendente y maravilloso: "No se podía seguir adelante con una ley que el próximo Gobierno fuera a derogar al minuto uno". Una declaración extraordinaria que supondría un giro formidable en su política, si fuera consecuencia de una reflexión y no de su extraña forma de expresarse, porque implicaría, entre otras cosas, que tiene la intención de renunciar a todas aquellas iniciativas que le conste que tienen en contra a la oposición en pleno, a los profesionales y a la mayoría de la ciudadanía, como la nueva ley de educación, por ejemplo.”
Tiene razón porque como principio de filosofía política es impecable: hay que legislar teniendo en cuenta que no se estará siempre en el gobierno, y que por lo tanto el partido en el poder tiene pensar si lo que hace cuando está en él sería aceptable si lo hiciese su adversario. “No quieras para tí el poder que no quisieras que tuviese tu adversario si gobernara”, dice la vieja y olvidadísima máxima.
Pero a Soledad Gallego-Díaz se le olvida un pequeño detalle: exigirle lo mismo al PSOE, que parece que cuando gana está legitimado para usar su victoria sin pararse a pensar en esas pequeñeces.
<< Home